La derrota del Pacto Histórico o la retoma del país desde las regiones
Fecha: 02/10/2023
Por: Fredy Chaverra
*Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista del autor y no compromete el pensamiento ni la opinión de Porlosderechoshumanos.com
La derrota del Pacto Histórico o la retoma del país desde las regiones Como si se tratara de un Déjà vu, en las próximas elecciones regionales a Petro le caerá una tremenda paliza, repitiendo los magros resultados que ya registró en las principales plazas electorales del país en las elecciones de 2019; cuando echando mano de la personería jurídica de la UP avaló cientos de candidatos bajo el distintivo de la Colombia Humana, una estrategia que no prosperó y que antes demostró las severas limitaciones de su personalismo, porque al cierre de la
jornada salió derrotado.
Pero no salió derrotado un electorado que se movilizó para sacudirse de la polarización pos-plebisicto y que anticipó lo que a priori sería la victoria de un gobierno de Cambio.
Esa derrota de Petro fue resultado de su incapacidad para dotar a su movimiento de sólidas bases regionales; es decir, revestir de estructura política y simbólica los liderazgos ascendentes en la Colombia Humana. Y aunque en varias ciudades ganaron candidatos que se presentaron como independiente o alternativos -siendo los casos de Daniel Quintero y William Dau los más visibles- sus victorias fueron resultado de sus propios méritos como candidatos y de divisiones entre el establishment de sus respectivas ciudades.
Ahora bien, de cara a la próxima contienda electoral, ya se da casi que por sentado que Petro será un gran derrotado. No solo por el desastre total que implicó la entrega de los avales en la fragmentada coalición del Pacto Histórico,
sino por su probada incapacidad para dotar a su movimiento de bases regionales. El excesivo personalismo le vuelve pasar factura y parece que una Bogotá cada vez menos petrista se convertirá en su única trinchera. Si pierde en la capital su derrota será total.
Seguramente la derecha saldrá a decir que inició la “retoma” del país desde la regiones (consideradas perdidas en 2019), convirtiendo al resultado en una especie de plebiscito sobre el futuro del gobierno, hasta consideraran que la
izquierda estará sepultada de cara al 2026 y que a Petro solo le espera seguirse hundiendo en la impopularidad y en la soledad del poder.
El panorama no pinta alentar para quienes están convencido de que el gobierno del Cambio necesita de una sucesión de mínimo tres gobiernos para estabilizar su legado; o para quienes consideran que el “petrismo” tiene vocación de
permanencia transgeneracional, como si se tratara de una versión criolla del peronismo. Lo cierto es que ya demostró sus limitaciones de consolidación en escenarios locales y eso solo se hará más protuberante al concluir la jornada electoral del próximo 29 de octubre.
Concluidas esas elecciones será la oportunidad para conocer los movimientos tácticos de la derecha en su infatigable campaña de “retoma”; para interpretar los signos de la historia en una carrera presidencial que desde ya pinta anticipada; y especialmente, para que Petro deje de creer que Daniel Quintero lo podría
suceder.
Porque si la derrota es total, la sacudida también debe ser total.