“El hambre no es una decisión política, es una desidia política” Martín Caparrós | por los derechos humanos

“El hambre no es una decisión política, es una desidia política” Martín Caparrós

 

“El hambre vive entre nosotros, mata entre nosotros, está con nosotros todo el tiempo pero no le prestamos atención. Nunca intentamos averiguar cuándo, dónde o por qué, e incluso, creemos que sabemos lo que necesitamos sobre ella, que por supuesto no es mucho; quizás por eso hace muchos años se me ocurrió la peregrina idea de escribir sobre el hambre”, es la premisa de Martín Caparrós, el periodista argentino que documentó a través de su libro El Hambre, la situación de desnutrición que padecen mil millones de personas en el mundo.

Es un  intento de este escritor por saber cómo hay gente que no come lo que necesita teniendo el planeta lo necesario para abastecerse, para eso, viajó por la mitad del mundo, conoció cientos de personas, leyó infinidad de libros y se atormentó con las cifras. Entendió que cada minuto se mueren 18 personas por hambre en el mundo, es decir, cada 4 segundos fallece una,  y que hay más de 800 millones de personas que pasan hambre, una de cada nueve.

“El hambre pese a que parece una especie de flagelo, es una creación humana que puede ser evitada, producimos suficiente comida para los 7 mil millones y pico de personas que somos. No hay en principio ningún problema técnico para que todos coman, lo que falta es la decisión que creamos que vale la pena trabajar seriamente para que la gente coma lo que necesitan. Nadie hace algo al respecto, como es gente que no es cercana se torna más cómodo mirar para otro lado”, relató el periodista su forma de percibir la problemática.

El factor más común que se produce es por la concentración de las riquezas alimentarias que hace que otros se queden sin lo suficiente, esa concentración tiene muchas formas de suceder. La más general es el hecho de que la producción y la comercialización está pensada para los mercados más ricos.  A muchos de esos productores y comercializadores les conviene dirigir todo hacia allá porque les van a pagar más, pero esos mercados están saturados, la producción hacia esos mercados dejan a otra mucha gente sin nada que comer.

Ejemplos claros por intentar solucionar la problemática han habido, como en Brasil, donde con el programa «Hambre Cero» se le daba comida a la población más desfavorecida lo que redujo notablemente los índices de desnutrición en este país, sin embargo, también recibió muchas críticas porque es un sistema asistencialista que más que enseñar a la gente a pescar, les entregaba el pescado.

Este escritor tiene muchas anécdotas, la que más lo impresionó ocurrió en Bangladesh. Unos niños en las noches le decían a su madre que les diera comida porque tenían hambre. Ella los acostaba en la cama y metía una piedra o un trozo de madera a hervir en agua, diciéndoles que ya les iba a dar de comer. Esa esperanza de probar bocado es lo que los hacía dormir tranquilos, así la comida nunca apareciera.

Colombia no ha sido ajena a sus percepciones, estuvo en la Guajira y le llamó la atención la mala educación cuando habló con la gente.  Ellos le pedían o reclamaban como una solución a sus problemas que les dieran cosas, nadie pedía trabajo o herramientas para producir.

“Eso son décadas por lo menos de mala educación, convencer de que la única solución es extender la mano y ver si alguien le da algo, me impresionó mucho, y comentábamos como los chicos piden de una mera sistemática con la posición corporal fuerte. Ninguno iba a jugar a la pelota, porque son años y años de mala educación y no es fácil de cambiarlo porque hay muchos que no lo quieren cambiar” aseveró Martín Caparrós, quien considera que la influencia en la toma del poder es un efecto en el hambre que padecen las comunidades desde el ámbito local e internacional.

“Yo no diría que el hambre es una decisión política, es una desidia política. No les importa porque a nosotros no nos importa, para que a los políticos les importara hay que tener la presión de los ciudadanos, que les podrían hacer entender que no los elegirían. La solución no es echarles la culpa a los políticos, es hacernos caso de lo que nos toca, pensar que es un problema del cual debemos ocuparnos”, afirmó el escritor argentino.

A una persona que se interesó por el tema, recorrió, ha indagado y hablado con expertos lo más común sería preguntarle ¿y entonces cuál es la solución? Pero él dice que no la tiene y no la sabe,  que ofrecer eso es para profetas o «politicuchos», según el maestro Martín Caparrós, las soluciones deben encontrarse entre muchos.

10 Frases de Caparrós

 

  • “En las sociedades más ricas la obesidad es un efecto de la pobreza”.
  • “Aprendí que el mundo está lleno de complejidades, de dramas, de problemáticas pero que detrás de ellos está siempre el fantasma del hambre”.
  • “En Inglaterra la mitad del alimento se tira a la basura”.
  • “Desde que el hombre es hombre, el hambre siempre ha sido una plaga inevitable, pero ahora es una decisión política”.
  • “El hambre no es un problema de la pobreza como dicen los grandes organismos, sino que es un problema de la riqueza”.
  • “El gran fracaso del sistema global de no utilizar sus recursos entre mil y mil quinientos millones de personas, para los cuales el sistema no tiene utilización”.
  • “En Argentina hay alrededor de 3 millones de personas mal alimentadas y eso es porque esa soja es para enviarla a China para que se la den a los cochinos chinos”.
  • “Hay hambre de solidaridad, esta falta de interés por los problemas que nos parecen ajenos. El hambre es sin duda uno de los problemas que más ajenos nos parecen”.
  • “Es lo más importante del libro El Hambre, un examen de conciencia: ¿es algo que nos importa o no?”.
  • “La reflexión más importante: la única forma de solucionar un problema que parece que no nos importa es que nos importe y lo sintamos como nuestro problema, aunque aparentemente no lo sea”.

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