“Guerra entre Convivir y combos de venezolanos” C3
El Centro de Consultoría de conflicto urbano C3 denunció públicamente las disputas que se sostienen en la comuna 10 (Candelaria) entre las denominadas Convivir y los nuevos combos integrados por venezolanos.
Según este observatorio, en este momento un grupo de venezolanos que han llegado en la ola migratoria irregular desde el vecino país vienen delinquiendo por la zona fronteriza de la Guajira a Maicao, Barranquilla y ciudades intermedias, parar llegar a Medellín donde se han especializado en hurtos, robos a residencias y redes de prostitución con sus compatriotas.
Eso ha derivado, de acuerdo con C3, a enfrentamientos como el que ya se evidenció en días pasados en el sector de Prado centro, donde Convivir y Venezolanos se enfrentaron a tiros por una zona para hurtos. Asimismo, buscan apoderarse de espacios en el comercio informal lo que ha generado disputas, y negativas al cobro para pagar vacunas.
“La política de la alcaldía de Medellín sigue siendo la de tapar y nunca reconocer que está sucediendo en el centro, con una política más decorativa, la gerencia del Centro, nunca habla de estos temas que ya toman puntos cada vez más altos”, afirmó este observatorio en un comunicado.
Análisis del centro por C3
La realidad en el centro de Medellín sigue siendo bastante difícil porque este sector sigue concentrando altos índices de violencia y se mantiene como un escenario de conflicto urbano.
Pese a las medidas anunciadas y a los llamados golpes contundentes contra la delincuencia que son publicitados cada semana por las autoridades gubernamentales y policiales, la realidad en el centro de la ciudad es otra.
El centro de Consultoría de conflicto Urbano C3 arroja los siguientes datos: Las Convivir se mantienen y se han fortalecido, aprovechando la presencia de las autoridades en otros sectores de la ciudad.
Han aumentado los cobros o vacunas a comerciantes, trabajadores informales, trabajadoras sexuales, entre otros.
Hoy buscan ingresos apoderándose del negocio de los vendedores ambulantes y estacionarios, al entregarles productos en consignación.
Están tras la explotación sexual infantil en plaza Botero y alrededores de Parque de Berrío.
Utilizan menores de edad, para vender drogas en el propio parque Botero.
Organizan rumbas clandestinas donde menores de menores de edad son prostituidas.
Cobran derecho de robo a los delincuentes para que estos puedan trabajar en zonas específicas de la ciudad.
Han entrado a invertir en el negocio de las máquinas tragamonedas, que hoy se encuentran diseminadas por toda la ciudad sin controles.
Se han apoderado del gota a gota, que sigue cobrando víctimas.
Han generado un ghetto de ilegalidad más fortalecido en el corredor más crítico del centro: viaducto del metro entre Avenida de Greiff y la Paz, con una zona concentrada en la estación Prado. Allí todo se permite, todo se guarda y todos siguen las reglas de los victimarios que establecen ritmos – costos, quién circula, quien se establece.-
Por último, referenció la problemática del Museo Casa de la Memoria, que tiene una plaza de vicio a sus puertas junto al muro exterior vecino a la quebrada Santa Elena, se expende y se consume y no han podido hacer nada, con ser que hay un CAI a unos pasos en el parque Bicentenario.
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