Gustavo Petro confirma que al pueblo nunca le toca
Fecha: 18/01/2024
Por: Andrés Ríos
Como si fuera un anuncio de lo que sería su Gobierno, elogió a López Pumarejo, el sujeto de la revolución en marcha que nunca logró transformar al país con su restitución de tierras y las reformas a favor de la clase trabajadora. Primera vez que en Colombia llegaba la “izquierda”, pero intelectuales como Antonio Caballero ubicaban al M – 19 como una guerrilla derechosa o periodistas como Carlos Agudelo Castro mencionan en su libro que los consideraban como la legión de “niños bien”.
Recordando la obra de Salom Becerra con su premisa de “al pueblo nunca le toca”, los gobiernos liberales que lideraban causas progresistas llegaban en coalición de gobierno, por lo cual no podían emplear en el Estado a los descamisados, por eso llegaban, y como ahora, llegan castas tradicionales. Teniendo la roña la casta bogotana con la clase hampona antioqueña (que habría que ver cuál de las dos se ha portado peor con el país) desde la capital decidieron con Santos jugársela por Petro para evitar que el uribismo puro y duro regresara al poder.
Como buen progresista, a Petro lo que primero le juega en contra es su propia familia, ni su hijo, ni su hermano, si su esposa le han ayudado a gobernar. Cada uno sale con su parafernalia: uno con narcotráfico, el otro acusando y la otra gastando. Para llegar tuvo que arreglar con gente cuestionable como los Jattin de Córdoba, paraguayos de vieja data.
A Petro hay que culparlo por ser un vendedor de humo y por mediocre, si lo fuésemos a comparar con los gobiernos uribistas: refrescamos casos como Agro Ingreso Seguro, Yidispolítica, falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales, falsas desmovilizaciones paramilitares que crearon las bacrim y ser el perro rabioso de la finca que defiende los intereses del Grupo Empresarial Antioqueño, los verdaderos dueños del epicentro de poder subterráneo del país. ¿Será que la casta antioqueña fortalece los paras y el Gobierno Nacional simpatiza más con los elenos?
La ecuación es que por intento de una buena acción, surgen tres embarradas mediáticas que le dan pie a los medios de comunicación de los grupos financieros de este país para que desinformen, tergiversen y creen toda clase de noticias donde ya no se sabe qué es realidad o ficción.
Las promesas de la reducción de asesinatos de líderes no se cumplió, ni la de subsidio a los adultos mayores sin pensión, ni las de madres cabezas de hogar y el plan de salvamento para los usuarios de ICETEX tampoco se cumplió. Se enojarán los progresistas y dirán que todo es mentira, pero no hacerse cargo y desconocer lo que está pasando impulsará un gobierno férreamente uribista en un país de godos, que arrasará con cualquier movimiento que asuma cualquier bandera progresista de cara a las próximas elecciones presidenciales.
Es decir, a Petro habría que caerle por huevón, vende humo y estará por verse si saldrán grandes casos de corrupción, mientras que a sus contradictores del uribismo por saber utilizar las herramientas del Estado hasta para asesinar jóvenes que soñaban con un país mejor. Ojalá que aparecieran nuevos liderazgos que eclipsaran estas dos figuras que han robado el protagonismo por años, pero con los grupos financieros dando manivela detrás de las caras visibles, eso jamás ocurrirá. Siempre los que ganan son los dirigentes de turno, los opositores cuando conquistan el poder, pero el adagio sigue intacto: “Al rebaño nunca le toca”.