ISVIMED y El Metro: pisoteando a la comunidad de La Paralela
Julio Mazo es palero en construcciones de oficio, y lleva viviendo 35 años en la comunidad de La Paralela, él recuerda nostálgicamente como los vecinos del barrio construyeron el sector, conectaron el agua y forjaron el vecindario en un lugar que tiene una ubicación central en la ciudad.
El compromiso que hizo la Alcaldía de Medellín cuando inició la obra es que los iban a mandar a un sitio mejor, reasentamiento en sitio o un lugar igual a éste. Lo que ellos reclaman es una vivienda si quiera igual a la actual. En el caso de la familia Mazo, les dicen que deben conseguir una vivienda con 39 millones de pesos, para lo que ellos significaría quedar en la calle.
“El ISVIMED ha venido varias veces acosándolo a uno para salir. Tuve una conversación con los funcionarios y ellos aseguran que debo conseguir una casa con 39 millones, como dice en la hoja, sabiendo que no voy a conseguir una casa por eso. Yo a ellos no les estoy pidiendo plata, lo que les estoy pidiendo es una vivienda como esta que tengo. Dicen que si la vivienda vale 70 u 80 millones de pesos, debo pagar el excedente. No tengo de a dónde, y si a ellos les interesa el terreno, pues que paguen lo que es”, aseguró Julio Mazo.
Actualmente Julio Mazo, vive con su madre que sufre de Alzheimer y tiene 98 años, la pregunta que se hace es ¿a dónde se va a ir a vivir o a dejar a su madre? Sin con el avalúo de 39 millones de pesos no le da para adquirir una nueva vivienda.
A esta situación adversa, se suma que quienes hacen la construcción en compañía de los “muchachos” del barrio, tumbaron parte de la pared que está en el patio de la casa. Situación que también se ha presentado con otros vecinos de La Paralela, a quienes sin autorizar, les derriban la casa sin posibilidad de poder sacar sus enceres, los cuales son vendidos por los muchachos de chaleco de la Corporación Ambiente Sano, dirigida por “Alonso”.
Recientemente los encargados de la obra han hecho dos daños en la tubería, al principio con la máquina dañaron el acueducto y quedó botando agua toda la noche. Estos servicios los está pagando la comunidad y luego viene en la cuenta de la factura. Incluso, hace poco estuvieron sin agua toda la noche y durante toda la mañana del siguiente día.
La comunidad asegura que él (Julio) ha sido una persona muy tranquila, pero por estos días ha estado muy tensionado porque las entidades como ISVIMED (Instituto Social de Vivienda y Habitat de Medellín) los asustan diciéndoles que los van a expropiar. Cerca, a su exvecina Cristina, quien dejó el barrio, le tumbaron las casas sin ella autorizar, sin ella desocuparlas, por lo que infiere que hicieron lo mismo con la de él, comenzándola a derribar sin ni si quiera haberse ido de su casa. Aunque recientemente el 17 de diciembre envíamos un derecho de petición a esta entidad, preguntándole por el acoso psicológico a estas personas y el contrato que tienen con la Corporación Ambiente Sano, hasta el momento no hubo respuesta pese a que pasaron los quince días hábiles.
“Nosotros no estamos en contra del progreso de la ciudad. Muy bueno el progreso, lo que estamos en contra es del atropello que están cometiendo para este progreso. El Metro y el Isvimed se mantienen diciendo que ellos tienen plata para esta obra, entonces ¿por qué nos están tratando de sacar con limosna? Si ellos tienen tanta plata, porque dicen que tienen muchos millones, ¿por qué no nos quieren pagar las casas? A Cristina le tumbaron las casas sin ni si quiera haber autorizado para que se las destruyeran” concluyó Mazo.
Julio piensa en no salir hasta que le entreguen la llave y la escritura de una casa, porque dejar su casa para favorecer el monopolio que tienen montado le parece injusto, porque Según el alcalde, Federico Gutiérrez, esta obra beneficia a 160 mil personas e indirectamente a más de 400 mil personas con un costo de 290 mil millones de pesos. Los que recordarán esta obra como un atropello y se han visto perjudicados son la comunidad de La Paralela, que aún no pueden creer que sea el Estado quien enseñe a delinquir.
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