La lucha del periodista Leiderman para contar “la verdad del pueblo”
Leiderman Ortiz es un periodista que no pasó por la academia, pero su vocación lo convirtió en el reportero más amenazado de Colombia, por ejercerlo con profesionalismo y unas agallas temerarias que le han valido un par de granadas en su casa y varios intentos de asesinato.
Comenzó haciendo periodismo desde el colegio cuando su padre le corregía todos los errores y él mismo dice que no sabía nada. Una vez investigó a dos profesores y publicó una noticia relacionada con ellos, lo que paralizó el colegio y los largaron para la casa. Las consecuencias de esta osadía fue que el docente se la dedicara durante sus próximas clases.
A medida que fueron pasando los años la situación de orden público comenzó a complicarse en el municipio de Caucasia, en la subregión del Bajo Cauca, en Antioquia, pueblo del que es oriundo. Tanto así, que desde el 2008 surgieron las bandas paramilitares de parte de Sebastián y Don Mario, peleando por el territorio y el reclutamiento de desmovilizados en el pueblo. De esa época Leiderman asegura: “Mataban tres o cuatro diarios. Asesinaban hasta en el cementerio, la iglesia o al frente de la Alcaldía”.
En ese año era jefe de prensa de la Alcaldía de Caucasia. Aprovechando su cargo le envío carta hasta el presidente Uribe, en ese entonces, para contarle la problemática que vivía el municipio, y convocar a la marcha a la que asistieron mil comerciantes con camisa blanca manifestando su preocupación por la región y para apoyar la pacificación de la zona.
Luego habló con el padre para que le permitiera dirigirse a la gente en la iglesia. Ya tenía la imagen de líder cívico que defendía y luchaba por el pueblo, y por imprudente o valiente dijo: “Sebastián y Don Mario váyanse de Caucasia, están en el lugar equivocado. No aguantamos más con la violencia”. Inmediatamente todo el mundo irrumpió en aplausos, mientras él lloraba de alegría. Incluso, los padres del difunto pasaron del llanto a la risa y aplaudieron también. Más adelante la gente se mostró preocupada comentando este man nos calentó. “La gente se me arrimaba y me decía ¿usted sabe lo que hizo? Firmó su sentencia de muerte. Ahí fue cuando comenzó mi viacrucis”.
Leiderman, Leiderman te vinieron a matar. Llegaron dos tipos negros con pistola preguntando por él. Me llamaron de la Sijín a declarar.
Luego me llama el coronel departamental y le manifesté mi preocupación.
- Él responde: “Esté tranquilo. Hicimos todas las investigaciones y a usted lo iban a matar. Váyase un tiempo de vacaciones”.
En esa semana santa tras viajar a Bogotá, el sábado lo llama su hermana y le dice: “Imagínate que te iban a matar otra vez. Dos sicarios estuvieron por la casa en una moto y de las dos personas capturaron a uno”. Según el periodista, luego se pudo aclarar que esos ataques vinieron por parte de Sebastián.
Regresó a Caucasia de vacaciones y renunció a la Alcaldía el 30 de noviembre de 2009. Ahí fue cuando comenzó a publicar “La verdad del pueblo”. Por su labor como periodista le tiraron dos granadas a su casa y después le hicieron otro atentado contra su vida.
Su periódico del cual reconoce la dificultad que ha tenido para sobresalir por las deudas y porque el periodismo no genera dinero, de acuerdo con el periodista, es un tema de trabajo de investigación de corrupción y de bandas criminales, además de la relación de éstas con los políticos.
“Al principio sí temía por mi vida, pero yo no me podía ir. Para irme de Caucasia tiene que ser que me baleen ¿porque yo para dónde me voy? Yo sé cómo es la vida del desplazado y de la víctima. Yo no soy pensionado, no tengo un trabajo y tengo la casa hipotecada. Nadie me ayuda ¿entonces qué? Si yo no trabajo con el periódico ¿qué hago? Me ofrecieron salir del país, pero cómo dejo a mi mamá que siempre ha sido tan apegada a mí”, afirma Ortiz.
Por último, reflexiona sobre la prensa: “Lo que le digo a mis colegas es que los medios no son una empresa, porque cuando se convierten así es un medio arrodillado. Debemos ser muy independientes, y para hacerlo nos cuesta mucho, pero esa es la esencia del periodismo, decir la verdad”.
Las diez máximas de Leiderman Ortiz para el periodismo colombiano
1) “Empecé a sacar periódicos sin conocimiento y sin nada. Yo digo que lo mío es más de vocación que de profesión”.
2)“Dicen que los héroes están en el cielo. Yo no lo puedo decir porque yo me creo héroe que está vivo. Si hay apoyo del gobierno, sea por las buenas o las malas, uno debe demostrar que los héroes todavía existen”.
3)“El periodista no es un periodista de protocolo, a uno no le tienen que tirar el tapete cuando pasa, el periodista se tiene es que untar de pueblo”.
4)“En Colombia son muy pocos los periodistas que le jalan al trabajo de investigación, porque en sí, no hay una libertad de prensa, por esto no hay garantía para ejercer este trabajo de investigación”.
5) “Yo no soy arrodillado ante nadie porque yo le canté la verdad a Álvaro Uribe, a coroneles, a fiscales, a alcaldes y braveo al que sea porque yo no tengo contaminación y mi conciencia no me juzga nada”.
6) “La reflexión que le doy a mis colegas es que los medios no son una empresa, porque cuando lo son se convierten en un medio arrodillado”.
7) “La verdadera noticia no está ni en Bogotá, ni en Medellín, está en las provincias. Allá es donde está la corrupción, las bandas criminales y donde viven los jefes de las bandas”.
8) “Los medios nacionales son grandes empresas para enriquecerse, porque los medios se volvieron en una empresa, no en un trabajo social».
9) “Cuando la Gobernación me diga yo le doy esto y entonces usted no saca esto, les diré que hasta aquí llego yo”.
10) “La empresa que montaron los medios nacionales es lo que hace que no se destapen las verdades en este país”.
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