Los declaro: casate con quien quieras | por los derechos humanos

Los declaro: casate con quien quieras

Lina_palacios

Cuando la corte se pronunció frente al matrimonio homosexual, Colombia se despertó, muchas organizaciones religiosas y partidos políticos, se unieron y alzaron su voz en una sola, para gritar “NO AL MATRIMONIO GAY, SÍ A LA FAMILIA” (como si realmente fuera “gay”)[1] pero si los niños mueren de hambre no hay problema, para que hacer ruido por eso, si un padre golpea a su hija de cuatro meses hasta casi matarla, eso sí es natural, no hay que protestar; la doble moral de la sociedad desplaza el respeto por el otro, mediatizan los valores al político de turno, sortean los derechos, pasando incluso por encima de sus propios hijos, familiares y amigos.

En Colombia los mitos frente al matrimonio son más importantes que los valores que defienden, resaltan el matrimonio como un negocio netamente heterosexual, y se les olvida que es un derecho social, un vínculo afectivo, entre dos seres humanos sin distinción. Albergan una falsa creencia de que todos los homosexuales nos queremos casar y que vamos a inundar las notarías de bodas “gays” pero lo que en realidad temen es que nosotros, los otros, terminemos representando muy bien el matrimonio y los hagamos quedar mal, a todos aquellos señores patriarcales, que llevan matrimonios perfectos donde el padre es el que manda, y se casa con una mujer pero adquiere cama con, la hija, la cuñada, la vecina y una lista interminable de señoras y señoritas.  No señores bájense de esa nube, no somos perfectos, también vamos a querer estrangular nuestra pareja y divorciarnos, es más, quieren castigarnos, por desobedecer sus normas, déjennos casar,  qué mayor castigo[2].

Se basan en mitos netamente patriarcales, dónde cabe la idea de que no  podemos tener hijos, y que será el fin de la especie, estecen tranquilos, sí podemos, la prueba esta que mi pareja mujer y yo tenemos siete, y sufrimos y padecemos lo mismo que cada hogar heterosexual, se enferman, pelean, pierden materias, nos llaman del cole, trasnochamos ayudándoles con la cartelera, tememos a las drogas,  las malas amistades y a la decadencia de la familia.

Los Colombianos somos un montón, que nos manipula el político de turno, marchamos por cosas tan ilógicas como la marcha por “la guerra” convocada por nuestro verdugo, protestamos frente a las notarías donde se realiza un vínculo afectivo, pero las puertas del ICBF, están libres, allí no se protesta, no hay por qué, es más natural ver niños muriendo de hambre, que dos hombres o dos mujeres expresando afecto mutuamente.

Ya nos dieron el sí, y nos casaremos si nos da la gana, pese a quien le pese, porque el matrimonio, no es cuestión de religiones y política, es cuestión de derecho.

Lina Maria Palacio L

[1] se dice homosexual, a la persona que siente deseo afectivo, erótico y sexual hacia una persona de su mismo sexo.

[2] Aquí sólo hago referencia a toda la mala fama que tiene el matrimonio. Pero aclaro, me casaré pronto con mi pareja para formalizar el matrimonio simbólico que tenemos hace 10 años.

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