Mario Montoya, prodigio del terror de la Escuela de las Américas
Foto: JEP
Fecha: 04/09/2023
Por: Andrés Ríos
Con el pretexto de la lucha contra el terrorismo, Estados Unidos forma militarmente a soldados de Latinoamérica en la lucha contrainsurgente, por lo cual los egresados de las Escuelas de las Américas persiguen educadores, sindicalistas, líderes estudiantiles o campesinos. Por eso el presidente panameño, Jorge Illueca, los llamaba “la base más grande para la desestabilización de América Latina” o un periódico de este país los nombró como “Escuela de asesinos”.
Lugar donde fueron entrenados personajes como Rafael Videla (dictador argentino), Hugo Banzer (dictador boliviano), otros polémicos militares y políticos del continente, donde fue profesor el general Mario Montoya, quien fue fiel a la doctrina de la Seguridad Democrática en Colombia bajo la supervisión del expresidente Álvaro Uribe.
En ese orden de ideas, estuvo implicado en las operaciones Mariscal, Meteoro, Marcial y Orión. Montoya tuvo que explicar acusaciones por posible omisión en la masacre de Bojayá, que ocurrió el 2 de mayo de 2002.
Por ese motivo la JEP (Justicia Especial para la Paz) imputa crímenes de guerra y lesa humanidad al general (r) Mario Montoya y ocho militares más por 130 ‘falsos positivos’ en el oriente antioqueño.
Los ´falsos positivos´ en Antioquia no pueden entenderse sin el marco institucional de exigencia de mejores resultados operacionales, como parte de la política de seguridad de la época (2002-2003). En la Brigada IV la presión por resultados se consolidó con el mensaje de presentar “muertes en combate” como único indicador de éxito para obtener incentivos, recompensas y no ser trasladados o retirados del Ejército.
La presión por “muertes en combate” fue ejercida por el comandante de la Brigada, el general (r) Mario Montoya Uribe y por los comandantes de los distintos batallones, especialmente del Batallón de Infantería No. 4 ´Jorge Eduardo Sánchez´ (BAJES), sobre los miembros de las unidades tácticas a través de los programas radiales.
La Sala de Reconocimiento de Verdad encontró que la obligación impuesta por el general (r) Mario Montoya Uribe, como comandante de la IV Brigada (2002-2003) a las unidades tácticas de reportarse en términos de “litros”, “chorros”, “ríos”, “barriles”, o “carrotancados” de sangre fue una orden recurrente.
La imputación se da en el marco del Subcaso Antioquia I, que investiga asesinatos y desapariciones forzadas ilegítimamente presentados como bajas en combate por agentes del Estado entre 2002 y 2003 en el oriente antioqueño. La Sala continúa investigando los hechos en Antioquia entre 2004 y 2006, y algunos hechos ilustrativos del 2007, así como la presunta responsabilidad del general Montoya en otros hechos de ejecuciones extrajudiciales mientras fue Comandante del Comando Conjunto Caribe y del Ejército Nacional. La Sala también continúa investigando los crímenes cometidos por agentes del estado en connivencia, asociación u operaciones conjuntas con grupos paramilitares en Antioquia en el marco del Caso 08.
De forma concordante con este reporte, el también soldado de la AFEUR FREDDY ALBERTO ZAPATA admitió en su versión voluntaria que, estando de patrulla en la comuna 13, en el sector la Divisa de Medellín, se desplazan al barrio Fuente Clara en donde iban a recibir por parte de otras personas a Eduardo Andrés Vargas para “ser ejecutado” 705 . La “clave” 706 era que otras personas lo dejaban ahí y al marcharse a él se le disparaba simulando un combate: “Un encuentro armado y posteriormente se hacía todo lo de ley. Lo de ley llamar la Fiscalía o la policía para hacer todo el tema del levantamiento del cuerpo. A esta persona quién le disparé fui yo.(…) yo estoy con mi comandante y mi comandante dice vamos a desplazarnos hasta tal y tal parte. Eso es algo normal, pero ya orden de operación por escrito, no sé si la haya hecho el comandante, el teniente, no, ya eso es tema, eso es parte de manejo de él como tal(en el barrio La Divisa y que ahí nos desplazamos hacia Fuente clara, recibir ese paquete y ya. Ya se sabía que se iba a hacer”707 609. No obstante, esa persona que llegó al lugar fue, según el Informe La Brigada más efectiva708, un joven de 19 años que vivía en la comuna 13 de Medellín y se encontraba en el barrio Fuente Clara en donde, de manera repentina, soldados de la AFEUR lo retuvieron, amarraron y luego trasladaron a un lugar en donde le produjeron la muerte. En efecto, el mismo informe indica que por estos hechos el Juzgado Cuarto Penal del Circuito especializado de Medellín, en el proceso con radicado 05001-31 07-004-2014-01626, profirió Auto número 142, mediante el cual dictó sentencia.