¿Qué somos en la guerra?
El fotógrafo y periodista, Jesús Abad Colorado, oriundo de San Carlos Antioquia, ha narrado el conflicto colombiano a través de sus imágenes. Nació en 1967, es un hombre muy sensible, que no teme decirlo abiertamente, porque a esa visión femenina de la vida es como a tratado de ver con los ojos del alma, dado que la fotografía para él es un acto de amor. Influyó la sumatoria de hechos que marcaron la vida desde su infancia, como el asesinato de sus abuelos por ser “rojos” en un pueblo de conversadores.
Si le dieran a elegir una fotografía para saber ¿qué somos en la guerra? Indudablemente elegiría la fotografía de Ana Felicia, porque ella hizo en medio de la tragedia un espacio para la vida. La valentía y fuerza de esta mujer que desde los 12 años de vida se fue de su pueblo para ser empleada del servicio doméstico en Cartagena. A los 14 años emigró a Venezuela porque por el petróleo pagaban mejor en este país. Nunca se casó pero su casa era un espacio para que los médicos guardaran los equipos para atender a los pacientes del pueblo. Su casa era un refugio para todos y la disfrutó hasta la masacre de Mampuján el 10 de marzo del 2000.
Él le dijo
- Yo quiero hacerte dos retratos uno en la parte de atrás y una en la sala.
Ella respondió:
- Quiero que me hagas uno en la entrada de mi casa. Yo elijo esta fotografía para poder decirte que en medio de la guerra también somos arte.
Por eso Jesús Abad reflexiona: “arte es la vida de miles y millones en la guerra de este país, especialmente campesinos, que a pesar de perder el territorio y sus familiares, le dan dignidad al espacio que habitan y lo convierten para mí en una obra de arte que este país no ha valorado lo suficiente”.
Actualmente ante el Gobierno nacional gestionan el proceso de retorno en Mampuján, como el primer caso de sentencia que la Corte de Justicia le ordenó al Estado desde hace cinco años.
“La guerra en Colombia fue tan cruel que existieron pozos con caimanes, leones, jaguares pero este país no tuvo oídos para los relatos de las víctimas, mientras se estuvieron presentando este tipo de hechos, que en algunas partes de Colombia no paran” concluyó Abad.
Apoyo al proceso de paz
Jesús Abad cuestiona a las Farc, al ELN, al Estado y a la extrema derecha. Ninguno se escapa de su criterio que le ha dado ver los crímenes que han realizado todos los sectores armados del país. Sin embargo, manifiesta su apoyo al proceso de paz: “Yo creo que es lo mejor que nos puede pasar. Me importa un pepino si el proceso de paz lo desarrolla Juan Manual Santos, un señor como Álvaro Uribe o alguien del Polo, porque ellos son los que representan el poder del país. Tienen esa responsabilidad constitucional de tratar de buscar la paz y no la guerra. Hoy cuando Juan Manuel Santos está en ese proceso de paz con diversos matices políticos, respaldo este proceso, no porque respalde a Santos, sino porque estoy cansado de ver el sufrimiento de la gente de este país, sobre todo del campo. La guerra continúa y no comprendo cómo hay gente que todavía quiere guerra en las ciudades. La guerra la quieren quienes tienen mucha responsabilidad política en ella”.
“Lo que está en juego no es el fututo de Santos, ni el de Uribe, ni el del ELN, ni el de las FARC, sino la posibilidad de poder vivir, digo yo, como seres humanos con diferencias pero respetándonos. Los hechos de violencia deben de avergonzar a la derecha y a la izquierda porque siempre perdieron los campesinos de Colombia, que tienen nombre, tienen rostro, perdieron sus hijos, perdieron la tierra y todavía seguimos diciendo ¿para qué un proceso de paz?”
Conclusión
- “Yo soy de los que piensa que la construcción de un país no se hace con la biblia en la mano para hablar desde la academia y desde las teorías, se hace desde la sabiduría de un hombre que cultiva maíz o cultiva yuca, desde el que trae las naranjas y desde el que cultiva cebollas en San Cristobal. Pero a esos campesinos de este país, a los humildes, a los sin camisa y a los que tienen mugre en las uñas los menosprecia la academia o el periodista”.
- “Cuando un periodista mira con soberbia a un campesino, a un obrero, a una puta o a un gamín, les aseguro que es un periodista arrodillado con el poder. Así que la mejor manera como una persona o un profesional se puede comportar con otro ser humano es mirándolo de frente o a los ojos, no desde arriba o desde abajo”.
- “Yo aprendí a mirar con el ojo izquierdo porque está cercano al corazón, como tengo el ojo cercano al corazón aprendí a ver desde los sentimientos, aprendí a ver este país para poderlo narrar y decir que he visto capuchas en todo, y cuando las utiliza el Estado eso si no lo cuentan”, concluyó el periodista Jesús Abad.
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