El típico citadino mediocre
Fecha: 30/09/2020
Por: Andrés Ríos
Este sujeto no se esfuerza ni se agota lo más mínimo por los demás, jura que es un ciudadano de bien porque no se mete en nada ni le hace daño a nadie, solo se limita a juzgar y a criticar la situación del país desde la comodidad de su hogar.
Este tipo de sujetos normaliza que a la gente la dejen sin vivienda, que asesinen a uno que otro revoltoso porque esos hacen parte de los buenos muertos, no le importa que no se proteja el medio ambiente porque, cómo él no está por esos lados, no tendrá ninguna consecuencia directa sobre su entorno más cercano, así que bienvenido todo lo que sea extracción, minería y desforestación desde que le permitan mantener su luz prendida, la computadora y seguir viendo las noticas de la televisión.
Usualmente les gusta que les hagan todo, les limpien la ropa, les hagan la comida, porque ellos representan a la clase media, pero critican todos los subsidios del Estado a la clase baja así mantengan sin un peso y aunque ellos suelan ser la carga más pesada para su familia. Es la típica familia donde el amor se demuestra con regalos y no con un verdadero aprecio.
Este mamífero rupestre que habita en las comodidades que ofrecen las urbes de la principales ciudades, son de los que si acaso, leen un libro por año, y eso que solo son ojeados los sagrados textos de Cuathemoc, Walter Riso y revistas de entretenimiento con pornoficción.
Se encuentran entre algunos líderes y lideresas sociales que hacen de lo público un acto privado y personalizado, manejan el presupuesto participativo a su antojo, roban disimuladamente comprando todo lo más barato y dándole lo peor a la comunidad para sacarse alguito. También es muy común entre los periodistas, medios vacíos de contenidos, que quienes los hacen sacan pecho diciendo que es el mejor, pero solo reproducen las misas, los boletines institucionales de la Alcaldía y que no hacen ni el más mínimo esfuerzo para darle voz a la desigualdad tan acuciante que vive Medellín; mercachifles de la información.
A veces son raza y otras lameloides, si el político de turno ofrece dádivas publicitarias es un semidios, pero si no les ofrece nada, son unos ineptos que no sirven para nada. Atacan por atacar y no por oponerse al devenir cotidiano y naturalizado de la corrupción y la desigualdad. Aunque pregonen los buenos modales, la falta de educación y de estudio les impediría ver que pese a que Medellín se venda como la más innovadora, continúa siendo la ciudad mayor receptora de población víctima por desplazamiento, así como se constituyó cerca del 50% de la ciudad en la informalidad.
Que las manifestaciones solo son de la insurgencia es el argumento que esgrimirían, porque también los manifestantes han agredido hasta a la prensa durante las protestas, hay que reconocerlo, pero por favor no la caguen en un país donde cualquier cosa justifica y legitima la violencia contra la indignación, no la caguen que para eso ya está la Policía.
Deja una respuesta