La campaña más aburrida de Medellín en mucho tiempo | por los derechos humanos

La campaña más aburrida de Medellín en mucho tiempo

 

La pregunta que nos hacemos muchos es si esta campaña tan aburrida fue algo premeditado o si fue pura casualidad, dado que se manejó muy despacio y con mucha calma porque a los candidatos más cuestionados y que son los más opcionados son a los que menos les conviene el debate, el rifirrafe frente a la opinión pública y la exposición de argumentos porque tampoco podrían defenderse lo suficiente frente a sus antecedentes. 

Lo cierto es que hoy por hoy, la disputa a la Alcaldía de Medellín tiene dos cabezas visibles: por un lado Daniel Quintero, que pese a que dice que no tiene jefes ni partidos políticos detrás, es un secreto a voces vivas que César Gaviria le quería dar el aval por parte del partido Liberal, sin embargo, su astucia le permitió prever lo que se venía si aceptaba esto, por lo que decidió aprender del primer tipo que empezó con ese cuentico de antipolíticos en Medellín, Sergio Fajardo, un tipo que le metió pueblo a las elecciones locales en la ciudad, argumentando desde el movimiento de compromiso ciudadano que iba a cambiar la forma de hacer política cuando caminaba las calles, el cual luego lo adoptó Fico y ya sabemos lo que nos pasó estos cuatro años con su inoperancia; por el otro lado, Ramos, el hijo de Luis Alfredo Ramos quien tiene un proceso con la  Corte Suprema de Justicia por presuntos nexos con el paramilitarismo, lo que demuestra que los delfines históricamente siguen asumiendo un rol protagonista en los cargos ejecutivos, aunque éste tenga preocupado a más de uno en ese partido porque le cuesta la expresión oral y no lo ven con el suficiente empuje (temen que se repita lo mismo de hace cuatro años con Juan Carlos Vélez). 

Algo característico de esta campaña es que la gente no se pregunta ¿y éste qué propone? Sino ¿ese es el de quién? A menos de 30 días de las elecciones los debates a la Alcaldía han estado marcados por poca trascendencia, continuidad de lo mismo, poca visibilidad y discursos light. 

Lo que pueda definir esta apuesta que está totalmente abierta son las adhesiones que cada uno pueda lograr, como por ejemplo las que pueda generar Quintero con los sectores alternativos o de izquierda y las candidaturas que pueda absorber Ramos de la derecha (ya se tragó a Jesús Aníbal Echeverri) como Vélez o Santiago Gómez , que aún está montado en el bus a la expectativa de si puede dar una sorpresa al final. 

Una campaña moderna volcada en las redes sociales, con creación de fanpage en facebook difamando a éste o aquel, les ha pasado a todos los candidatos y especialmente a los dos punteros, la típica campaña negra con mensajes falsos que se difunden por what`s app y la multiplicación de mensajes con las equivocaciones de algún candidato en tal o cual “debate”. 

Un papel importante en esta campaña atípica a la Alcaldía por su poca visibilidad, porque a diferencia de hace cuatro años a tres meses antes ya habían empezado a meter presión, los candidatos a hacer críticas a sus rivales y el exagerado exceso de anuncios en medios de comunicación por cualquier nimiedad; hoy, parece curioso que haya pasado casi que desapercibida la campaña a menos de 30 días de las elecciones ¿será que se guardaron todo para el final? Para nuestro gusto no cambiará mucho el destino de la ciudad pues Ramos representa un sector fundamentalista de la política que sabemos lo que implica el Centro Democrático y Quintero es otro político light contemporáneo que puede asumir un mandato similar al de Fico o de Fajardo. Y , más de lo mismo 

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