La lucha de MOVETE por el territorio, el agua y la vida en el oriente antioqueño
Fecha: 25/09/2019
Autor: Andrés Ríos
En los años 60 comienza el desarrollo con las hidroeléctricas, anteriormente el oriente antioqueño solo se dedicaba a la producción agrícola, la cual era considerada la despensa agrícola del Valle de Aburrá. Actualmente se observa como una potencia hidroeléctrica, dado que las ciudades necesitan más de esta energía y como este territorio tiene tanta agua a la fecha tiene 53 puntos para ejecutar estos proyectos.
Como ejemplo son los cuatro proyectos hidroeléctricos con la idea de desarrollo de los años 60s y los 70s: la represa de Guatapé, El Peñol, Caguas y Playas y el del municipio de San Carlos.
“A finales de los años 70s hubo varias movilizaciones en Colombia con los paros cívicos. El paro del 77 tuvo una acogida de diferentes movimientos populares en resistencia a los proyectos hidroeléctricos. Surgieron las preguntas ¿por qué si el oriente antioqueño abastece cerca del 35% a nivel nacional en energía tiene los servicios públicos más caros del país? ¿Si somos la despensa agrícola de Medellín por qué los productos son tan caros? ¿Si EPM se está llevando los recursos del territorio, por qué son tan caros?”, relata Omar Osorio, líder de Movete en el municipio de La Unión.
Los actores armados llegaron por ser una zona estratégica de recursos naturales, de la misma manera por esta dinámica político y social, muchos líderes optan por las armas; esto lleva a que estos grupos empiezan a presionar a las empresas, pero la población civil fue la más afectada. Con el fortalecimiento de las insurgencias también llegan los paramilitares como apuesta de lucha contrainsurgente.
Juan David Arias Henao, docente universitario e integrante de Movete, asegura que: “Lo importante es mencionar que el conflicto armado va relacionado con la cuestión económica, en territorios como el oriente antioqueño con el proyecto militar tanto de los grupos ilegales o legales, abonaron un terreno para profundizar este modelo de desarrollo minero-energético extractivista de recursos naturales para la exportación. En las zonas donde había grandes conflictos armados, hoy hay grandes proyectos que desplazan a los campesinos a través de las empresas”.
En el 2008 el Estado anuncia que el oriente antioqueño es una región militarmente consolidada. A partir de ahí se empiezan a liberar zonas de estos grupos ilegales y esto comienza a permitir entrar a los territorios. Estos procesos de víctimas con los proyectos de restitución, con esta dinámica donde se desataron los conflictos, es donde hoy se están desarrollando los proyectos energéticos.
“Las comunidades dicen que ahora no los están desplazando los actores armados, sino las empresas y el Estado. Esto entró a un lugar de no beneficio, sino a generar perjuicios. Un ejemplo es un campesino de Granada que retorna y no puede vivir en su finca porque fue declarada zona protegida, entonces empiezan a encontrarse con estos condicionantes como por parte de Cornare y de trabas para la legalización de sus predios” cuenta Omar Osorio.
En 2012 la mesa de derechos humanos del oriente antioqueño puso una alerta ¡ojo! Que ya no es el conflicto armado, sino los proyectos extractivistas que se desarrollan en la región los que generan afectaciones.
El Movete (Movimiento por la vida y la defensa del territorio del oriente antioqueño) surgió en el 2013, en el marco del festival del agua. Con esto se plantea que las comunidades se encuentren, sobre todo, para visibilizar y reflexionar sobre las problemáticas que hay en su territorio. Desde esta organización definen el bien común como las montañas y los ríos.
“Los grandes intereses desde gobernación o un gobierno local, se definen por los intereses económicos como es EPM. Los conflictos con Hidroituango, con la represa de Guatapé; por ejemplo el dueño de esta finca fue asesinado porque se opuso a vender sus tierras en este municipio, no estoy diciendo que fue esta entidad, pero sí fue asesinado por oponerse a esto”, asegura el líder Omar Osorio.
Por eso la propuesta de esta organización que defiende el medio ambiente es: “Déjenos que nosotros como campesinos podamos defender los intereses de nuestros territorios, porque si usted viene a saquear y a mí no me queda nada, y usted es el que se está llenando de plata, sin dejarnos ningún beneficio” concluyó Arias.
En el 2008 se planteó la hidroeléctrica del Proyecto Porvenir ll en el municipio de San Carlos, la gente que habita el territorio empezaron a ver personas haciendo mediciones y empezaron a mirar quienes eran y era personal de la empresa Celsia, filial del grupo ARGOS, con el objetivo de hacer estudios técnicos y obtener una licencia ambiental.
Durante dos años con las mesas de concertación se habló del tema, la gente pidió que si iban a desarrollar el proyecto que trajeran un puesto de salud, pavimentaran la carretera y pusieran una institución de educación superior. La empresa dijo que eso es responsabilidad del Estado, las comunidades manifestaron que si no eran el Estado, entonces se retiraban de la mesa.
“El río Samaná sigue corriendo libre gracias al Movete, frente a la licencia que dio la ANLA interpusimos una demanda, por lo que se suspendió y no se puede realizar el proyecto. La gente antes creía que cuando llegaba un proyecto iban a dar trabajo, que iban a pavimentar la carretera, pero la gente luego se dio cuenta que no iba a generar este “progreso”; si nos matan el río a la gente no le queda nada” afirma Juan David Arias.
Desde esta organización articulan diferentes expresiones locales de los municipios del oriente como Vigías del Río Dormilón en San Luis, Cocorná Consciente en este municipio o la mesa de San Carlos. Por medio de acciones jurídicas como tutelas, demandas y derechos de petición u acciones políticas como la movilización defienden los ríos de la región.
Por eso Arias expresa que aunque la gente en Medellín ve a EPM con buenos ojos, en el oriente las personas tienen una imagen negativa de esta empresa porque ellos han intervenido los territorios y tienen una deuda histórica con la población.
Asimismo, asevera que todavía hay que plantear la discusión profunda acerca de la matriz energética, los límites de crecimiento de las ciudades y de su consumo, y de si una ciudad más desarrollada es por su grandeza. Por ahora, hay alternativas como la energía eólica y los paneles solares, pero aún depende de un proyecto de país y de quienes controlan este negocio si permitirían que compitieran o entraran otras alternativas que les generen pérdidas.
Se pensaba que el agua era renovable, pero no lo es, secan los ríos con estos proyectos. A finales de los 80 se construyó la PCH El Popal y hoy ya no hay agua en esta vereda de Cocorná. El 70% de los ríos en el mundo están intervenidos por hidroeléctricas.
Datos de Cornare (Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare)
En la jurisdicción de Cornare en la actualidad se tienen construidas 12 pequeñas centrales hidroeléctricas las cuales generan 166.37 MW y 23 proyectos hidroeléctricos sin construir pero con Licencia Ambiental y/o concesión de aguas, que generarían 343.88 MW. En materia de Permisos de estudio del Recurso Hídrico, se tiene a la fecha 31 permisos vigentes y 8 que ya han expirado su vigencia. Algunos de los Usuarios que están en la región con proyectos hidroeléctricos son EPM, ISAGEN, LAREIF, Argos, Hidroeléctrica del Alto Porce S.A.S E.S.P, Praming, Hzenergy, Gen +, Hidrotolima, entre otras.
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